“Desde la Universidad, vivamos la Fraternidad"
La verdad que el Señor nunca se deja ganar en generosidad y este sábado lo pudimos vivir en carne propia. Como dice la Madre Teresa y como nos resonó en nuestros pensamientos y también en nuestros corazones: “lo que realizamos es menos que una gota de agua en el océano, pero si la gota le faltase el océano carecería de algo”, ya que en esta Jornada pudimos vivir la maravillosa experiencia de poder compartir nuestras vivencias y analizar este ambiente universitario que es tan nuestro y a la vez que muchas veces nos parece tan ajeno por los antivalores que vivimos ahí adentro. Este encuentro se caracterizó por la camaradería, el entusiasmo y las ganas de compartir, empezó con la palabra del Señor que se hizo presente diciéndonos que como jóvenes nunca debemos bajar los brazos para perseverar en su amor. Haciendo uso de la técnica del VER, JUZGAR Y ACTUAR, empezamos a poder abrir los ojos a distintos temas, separados en grupo, como por ejemplo: la solidaridad y el individualismo en la facultad, el compromiso ético y profesional, los factores socioculturales y su influencia en la vida universitaria, la visión científica vs. la visión de la Iglesia. En mi grupo me tocó compartir con chicos del MEJ, de la comunidad Juan Pablo II, de Juan el Bautista y con el encargado de Pastoral Universitaria. En un primer momento compartimos lo que cada uno vivía en su comunidad y pude ver que a pesar de las diferencias todos teníamos un mismo objetivo. El grupo definió la solidaridad como “el no esperar ganancia”, distinguiendo:
- en lo académico esto haría referencia a la colaboración sin competencia, que esta sea una competencia con nosotros mismos que nos ayude a afirmar nuestro compromiso como futuros profesionales con valores cristianos.
- en lo personal, el interesarme siempre por el otro, el no ser indiferente a sus necesidades, el poder aceptar a pesar de las diferencias, el no tener vínculos superficiales para no acrecentar el individualismo. Luego, tuvimos una charla a cargo de Pablo Furlotti, que nos hizo profundizar acerca de tres aspectos en los que nosotros como miembros de grupos universitarios cristianos debemos siempre tener en cuenta:
1. Testimonio de vida: Ser siempre una persona integra, no mostrar dos vidas paralelas, separando mi vida diaria de mi vida de fe., esto implica: llevar con responsabilidad mi carrera, poner mis talentos al servicio de los demás, no dejar nunca de profundizar haciendo de mi formación profesional una muestra de mi compromiso.
2. Formación en la fe: Tenemos que ser capaces de dar razón de nuestra esperanza, de nuestra fe, sabiendo que el principal responsable de esta formación (que es integral, abarca todos los aspectos de nuestra vida) somos nosotros mismos.
3. Evangelización de la cultura: Entendiendo como cultura el modo especifico de relacionarse con Dios, nuestros hermanos y los demás seres, poder rescatar valores en nuestro ambiente universitario para iluminarlos por el evangelio y apostolar.
Analizamos, mates de por medio, que el mejor compromiso es ser solidarios con nuestros compañeros de facultad, por medio de nuestro testimonio: siendo generosos con nuestro saber, ayudando con apuntes o explicando, no considerando esto como un gasto de tiempo o de energía, o eligiendo a quien ayudar: porque es fácil ayudar a un amigo, pero ¿a aquel con el que tenemos diferencias? Como comunidades, nos comprometimos a ser solidarios en acciones concretas, por ejemplo, invitando a los demás a participar de nuestras actividades, porque pudimos ver que son muchos los que tienen ganas de encontrar espacios en donde ayudar a los demás y no los encuentran. Al finalizar la Jornada, pudimos compartir a Cristo en la eucaristía, donde él por medio de nuestro asesor espiritual, nos invitaba a no ser jóvenes superficiales que se queden atados a las cosas del mundo y al tiempo que nos corre, sino a ser jóvenes que nos demos tiempos de profundizar acerca de nuestras vidas, profundidad que solo en compañía de Dios y de la mano de mamá María podremos lograr. Por último, utilizo este medio para agradecer a mi querido movimiento que se hizo presente haciéndose uno con nosotros, mediante sus oraciones y su presencia, y confirmando que en este camino no estamos pedaleando solos.
Fernanda Zamora/Coordinadora
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